La Reina del desierto (2015)
Dirigida por Wagner Herzog lleva su cámara hacia el desierto de Marruecos y como actores a Nicole Kidman (Gertrude Bell), James Cameron (Henry Cadogan) y Robert Pattinson (T.E. Lawrence), me permito sugerir al espectador que no se embelese por el aire romántico de la primera parte pues esto apenas comienza, además con estas actuaciones se respira inteligencia y humor. Se relatan los viajes reales de Gertrud Bell expedicionaria, politóloga y arqueóloga inglesa quien conoció la profunda cultura simbólica de las naciones árabes, siendo una diplomática vital en el proceso de mediación para gobernar los territorios del islam. Herzog con la curiosidad del arqueólogo barre con su lente el desierto, que entre muros de arena, escasas aguas subterráneas, altares de muertos a los buitres, dromedarios y poesía persa, se muestra a la viajera admirada y desbordada de empatía por una cultura disímil y que la vez se siente cálida, generosa, cercana, tanto como propia.
La cueva de los Sueños olvidados - Cave of Forgotten Dreams (2010)
Se sitúa en la cueva de Chauvet, en la región de Ardèche- Francia. Un agreste terreno es explorado por expertos cazadores de cuevas quienes posan sus orejas entre casi imperceptibles grietas, y como si se tratara de un milagro encuentran minúsculas corrientes de aire, que indican una posible entrada a pabellones internos espectacularmente conservados. Hasta aquí apenas he descrito una mínima parte de lo que le espera al espectador, pues generalmente el foco de atención que toma Herzog en su creación documental o de ficción, no dejará de ser sutil a la vez que colosal. Recursos técnicos como el 3D o intenciones que, como enferma de cinefilia, entreveo en Herzog al poner el cine al lado del cine o el cine reflexionando sobre sí mismo, para sin duda hacernos ensoñar a un puñado de humanos milenarios y distantes con esta especie de cine cavernario. Pienso en Platón explicando su metáfora de la cueva, que es tan remoto a la vez que asombroso, tanto para quien miró los juegos de luz y dibujó en la cueva, como para quien escuchó a Platón asombrado entre las sombras de la naciente razón, y finalmente, nosotros, viendo la cueva y sus dibujos, la cueva y lo antiquísima que es, la cueva y la remota posibilidad de ser encontrada, entonces pienso que si el filósofo revela algún sentido, el cineasta con espíritu de explorador nos permite idear, como si fuéramos el primer humano que se atreve a tanto y encapsulado agradece su refugio en medio del abrupto de sus circunstancias logrando algo de recogimiento. Ocio cavernario y la imaginación llevada a cabo, insistiendo siempre.
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